Imposible no empezar esta entrada del blog sin recordar cuando Emi nos contaba sus ideas de cómo llevar MAdD a un escenario, cuando aún la pandemia no había paralizado todos nuestros planes.
Dando vueltas por diciembre a hacer algo especial para cuando rebasásemos los 2.000 seguidores, algo que hacen habitualmente las páginas, comentamos con nuestros amigos Kike y Edurne de hacer algo con los poemas de Alejandro. El rollete rumbero, guitarrita, gitaneo que se traen con su grupo Ajopicao nos parecía buena idea para musicalizar los poemas. Les lanzamos la propuesta de grabar la voz de Edurne declamando los poemas, con una guitarra acompañándola.
La vida, esa que nos ha enseñado que las cosas que pasan por nuestras cabezas van a su ritmo y no al nuestro, dejó el asunto parado unas semanas. Hasta que, pasando los 2.500 seguidores, volvimos a llamar a Kike a ver que era de aquella idea. Para nuestra sorpresa, ellos no habían dejado el tema en el olvido. Estaban dándole vueltas, pero preferían hacer otra cosa: que si los poemas tenían palabras poco comunes, que si era muy largo, que sería mejor buscar algo pegadizo, … cosas de músicos que a nosotros se nos escapan. Nos mandaron la primera idea, que nos gustó mucho. Obviamente les dimos completa libertad, como hay que hacer cuando alguien te quiere regalar algo. Tras hablar con Kike ya solo había que chinchar un poco a Edurne, para que cogiese el toro por los cuernos, de esa forma casi obsesiva que hace las cosas que le gustan.
La conversación había ocurrido a las 18:00 del 25 enero. Tres horas más tarde llegaron unos audios al wasap. Unos acordes de guitarra acompañaban la voz de Edurne, cantando una canción que nos dejó perplejos. Habían conseguido hilvanar una historia cogiendo un verso de aquí y de allá, metiendo cosas nuevas. Su peculiar forma de cantar junto con la guitarra te sumergía en la canción, en un hipnótico baile que coreografiaba los versos de Alex, consiguiendo emocionarte desde el principio, y con un estribillo que refleja el espíritu del proyecto como no podíamos imaginar que se podría hacer. Nos acababan de hacer un regalo de esos que te llegan dentro, muy dentro. Más dentro aún por venir de alguien a quien quieres tanto.
Después vino un mes de pulir aquí y allí. Cada audio que recibíamos era aún mejor que el anterior. Un primer ensayo en LittleBird Studios, retransmitido por el Dr. Diego Clemente. La guitarra se transformó en un piano, en manos de Gonzalo Sabando, un colaborador de Ajopicao. La primera prueba nos dio la idea de cómo sería el vídeo. No hemos podido juntarnos físicamente como nos hubiese gustado, pero pudimos juntarnos por videoconferencia para elegir las fotos. La cámara puesta para hacer una prueba se convirtió en 2, gracias a la colaboración de otra amiga, Eider. Un móvil para grabar el piano. Entre ambas sesiones de grabación, Edurne afinó la interpretación, mucho. Hasta el punto de que no ha habido sesión de edición en la que hayamos podido contener las lágrimas, por la emoción que consigue transmitir.
Ahora, con el vídeo terminado, sólo queda esperar al día de la publicación: mañana 5 de Marzo, el último viernes antes del aniversario de la publicación de la web, del comienzo de esta bendita locura en que se está convirtiendo Más Allá del Dolor.