Cual corteza frágil de tierra maldita
Se resquebraja el cuero que me confina.
Fracturas de magma petrificado
Mi relieve deforman: tectónica lasciva.
Aparecen como una leves manchas rojas sin importancia. Poco a poco crecen, se engordan, endurecen, se resquebrajan, sangran, formando placas de horrorosa apariencia que no puedes disimular. Una mezcla de picor, dolor y vergüenza llega a tu vida en forma de urticante disfraz. Cada zona afectada tiene sus particulares implicaciones. Calvas que aparecen donde antes habia pelo socavan tu autoestima. Heridas en los pies te incapacitan para pisar y andar con naturalidad.
No puedes vestir con normalidad. Te gustaría no tener ropa encima porque el simple roce de en esa zona aumenta el dolor y picor. Pero tienes que ocultarlo. La incomprensión de la gente te hace sentir un apestado. Su miedo a que sea algo contagioso te aisla. Rehuyes el contacto con otros por tu miedo a su rechazo. En la intimidad, llegas a no tener relaciones sexuales. La vergüenza de compartir tus amaneceres con ropa y sábanas que se manchan de sangre.
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