Ha sido un año inolvidable para toda la humanidad por la pandemia que está asolando en todo el planeta, que será recordado durante décadas y saldrá en todos los libros de Historia. Hemos tenido la suerte de que el maldito SARS-COV-2 no haya alcanzado a nadie cercano, por lo que para nosotros será inolvidable por otras razones.

2020 ha sido el año en que hemos sacado nuestro proyecto a la luz. Aunque la pandemia paralizó nuestros planes de exposición y nos ha impedido seguir con las fotos que nos quedaron por hacer, no ha conseguido detenernos. Acostumbrados a navegar con las circunstancias en contra, a reinventarnos porque nuestros planes se habían torcido por circunstancias ajenas a nosotros, tuvimos que rediseñar la forma de mostrar nuestro trabajo. Decidimos centrar todos nuestros esfuerzos en la parte digital mientras durase el confinamiento.

Durante el encierro ConArtritis, nos invitó a participar en su directo de Instagram por el Día Mundial de la Espondilitis, junto a nuestro gran amigo Emy, uno de nuestros más grandes apoyos y autor del blog deporte anquilosado.

Cuando acabó el confinamiento y recuperamos los planes de hacer las fotos que nos habían quedado y algunas más que nos pidieron en las redes, nuestros propios problemas se unieron a las limitaciones aconsejadas por los especialistas. Antonio descubrió en verano que tenía que ponerse una nueva prótesis de cadera y otra de rodilla debido al desgaste acumulado. La primera operación, de la cadera, consiguió programarla para principios de septiembre. Esto terminó de liquidar las opciones de juntarnos a hacer más fotos. De nuevo nuestra resiliencia nos hizo dar la vuelta a la tortilla y utilizar esta experiencia para dotar de contenido real a nuestras redes.

Fuimos aprendiendo a manejar las publicaciones, la cadencia, el contenido, la interacción con la audiencia, la difusión en grupos hasta conseguir números que jamás habríamos podido soñar cuando en noviembre de 2.019 creamos los perfiles de @masalladolor en Facebook, Instagram y Twitter.

Cerramos el año con más de 2.500 seguidores en Facebook y más de 500 en Instagram.

Con publicaciones en Facebook que han visto más de 25.000 personas, llegando a más de 80.000 en un solo mes.

Con comentarios de agradecimiento que nos ponen los pelos de punta y nos reafirman en que nuestra visión: es necesario otro tipo de visibilización de las patologías crónicas, que se aleje de unicornios y arcoíris, de las campañas blancas que no representan a aquellos que no podemos reponernos a pesar de intentarlo una y otra vez.

Esta noche cambiamos de año. La realidad será la misma durante un tiempo, pero esperamos que en unos meses podamos retomar nuestro proyecto con todas las ideas que se nos han ido acumulando en estos meses. A principio de año podremos ver dos colaboraciones que nos hacen mucha ilusión por quién son quienes nos han requerido. Otra señal más de que no estábamos tan locos cuando aquel noviembre de 2019 empezamos a jugar a hacer fotos al dolor. Esperando que llegue el momento de empezar a mostrar físicamente unas fotos que llevan impresas desde febrero, ojalá colaborando con unos amigos que nos quieren ayudar a llevarlas por la geografía española. Y hacer fotos, unas fotos que queremos que completen el proyecto y otras que van a llevar el proyecto a otro nivel

Unos planes que, como siempre, sabemos que podrán ocurrir o no. No sólo por las circunstancias pandémicas, si no por la evolución que nuestra espondilitis pueda llevar el año que entra, que siempre influye en el camino por que el transitan nuestras vidas. Por ese camino Pablo tendrá que reponerse del fallo del biológico y el cambio a una nueva terapia, otro intento más de controlar lo incontrolable. Antonio deberá terminar de reponerse de una prótesis de cadera más guerrera de lo planeado, y enfrentarse a otra cirugía mayor que acabe con su artrosis de rodilla que casi no le deja andar.

Cerramos ese particular 2.020, con todo lo malo y lo bueno que ha tenido.
Deseamos que en 2.021 todos encontremos la manera de mitigar nuestro dolor, especialmente aquellos que por sus circunstancias peor lo están pasando.